Entre Guadalajara y Mazatlan pasó lo mejor que me pudo haber pasado en ese tiempo (aunque tambien lo peor o casi lo peor).
Estuve trabajando por algún tiempo mas con mi estimado amigo Carlitos en Mazatlán, pero el destino y los problemas familiares que por ese entonces tenia, me obligó a dejarlo todo en Mazatlán e irme a buscar mi familia que me había abandonado para irse a Guadalajara. Es toda una historia que podría ser tomada para una novela del canal de las estrellas, pero por el momento no me interesa.
Llegando a Guadalajara, sin trabajo y buscando, encontré (como encuentras muy fácil siempre) un trabajo de vendedor de libros.
Vendí mas o menos, comencé muy bien, con suerte de principiante, pero luego me estanqué y no levantaba vuelo como vendedor. Para mi suerte, el gerente de ventas de la empresa, se emancipó y quiso formar su propia empresa, se llevó a parte del grupo de vendedores, y cuando me fui con el, le dije que yo era cobrador mensajero en Mazatlán, que si quería, yo podría ser su cobrador (eran ventas de libros en abonos).
Ahí trabajé en una ISLO APACHE 1979, de 175cc, 4 cambios, motor de bajas revoluciones porque así eran las ISLOS. (Como la moto naranja de este video, pero muy fea y descuidada!!)
Hice un trabajo excelente, cobraba mas del 90% de las cuentas y los patrones estaban encantados conmigo. Pero, tenia un pendiente en Mazatlán que, por haberlo dejado inconcluso, volvió y me mordió.
Resulta que mi buen amigo Mohamed, alguien de Túnez que conocí en Mazatlán, cuando me veía que yo le hacia todo a mi moto Carabela 125 mini enduro, se le ocurrió la brillante idea de poner un taller, y su idea me incluía a mi como Mecánico!!!
Noooo mi amigo, yo no soy mecánico, yo se arreglar mi moto y nada mas! (le decía a Mohamed).
YO creo que tu puedes arreglar cualquier moto (y esa idea no se le quitó, ni la del taller ni de mi como mecánico) así que un día me llama a Guadalajara y me dice que tiene algunos meses con el taller, pero que en ningún mes ha logrado hacer que el negocio levante, que sus mecánicos le roban, dinero y mercancía, y que necesita mi ayuda, que si yo voy al taller esta seguro de que las cosas cambiarían.
Yo me sentí comprometido con el, además, quien no quiere ayudar a un buen amigo, y de paso probarse uno mismo y ver si realmente uno puede con el trabajo. Hablé con mi patrón de Guadalajara, le di mi renuncia y dejé las puertas abiertas por si algo no sucedía de la mejor manera, poder regresar.
Me regresé a Mazatlán, con mi hijo Edgar de poco mas de dos años de nacido. Y comenzó la nueva aventura de fredylopex como Mecánico de motos... Que contaré en el Capitulo 4.
ah... pero me faltó decir porqué entre Guadalajara y Mazatlán me pasó lo mejor y lo peor en este tema. Lo mejor fue compartir y encontrar nuevos amigos como los que encontré en el motoclub Legionarios del Asfalto (aunque años después de esto), y lo peor en el tema, fue tener los dos mas graves accidentes de motocicleta ahí, en Guadalajara. Cosas que merecen algún capitulo exclusivo de esta historia recontada...
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