(A Mazatlán en la Yamaha RXZ 135... Estaba el proyecto de reescribir está anécdota, que finalmente la reescribí el 30 de Septiembre de 2017..)
Era el año de 1992, tenía en ese entonces una moto maravillosa, la YAMAHA RXZ 135, modelo 1991, 135cc de motor, dos tiempos, 6 cambios, trasmisión de cadena, tablero con tacómetro y velocímetro, en fin, una chulada de moto, podía levantar las 10mil revoluciones por minuto antes de tocar la zona roja. Y a 10mil RPM en sexta, el velocímetro marcaba una velocidad de 140 km/hr.
Lo tenía pensado un par de meses antes, la distancia a Mazatlán era de poco más de 500 km, no necesitaba más que algo de dinero, chamarra, guantes, botas, la moto, y muchos deseos de lograrlo. Claro que, adicionalmente a eso, me llevé un poco de herramienta, y un walkman para ir escuchando música. (En ese entonces no había las autopistas de ahora).
El día se llego, 7 de la mañana estaba listo para agarrar la carretera, todo listo, tanque lleno y muchas emoción por el viaje que tenía por delante.
Pasando el pueblo de Tequila comenzaba la aventura, ya que en mi trabajo había ido un par de veces al famoso pueblo, pero más allá de ese pueblo estaba la nueva aventura. No puedo decir que la Terra incógnita porque en carro y en camión la había viajado ya varias veces.
Adelante de Tequila, en algún lugar de la carretera feliz de haber manejado unos 40 minutos, me orillé a revisar la moto, tocar el motor para sentir si no estaba caliente de más, tocar las llantas etc. Había conservado una velocidad máxima de 80 km/hr, la velocidad que cuando niño mi madre me decía que era una buena velocidad para viajar.
Al no notar nada raro, entonces volví a tomar camino, pero ahora decidí tomar una velocidad de 100 km/hr. A la media hora, volví a orillarme para checar de nuevo las moto. todo normal!!!
Ok, ahora emocionado dije, y si la llevo a tope unos 20 minutos? 130, 140 km/hr... Emocionado del recorrido me orilló de nuevo para checar... Nada anormal, todo en orden!
Fue cuando me liberé de cualquier consideración al respecto del viaje y me dediqué a disfrutarlo, era obvio que la moto no iba a fallar y ahora solo dependía del buen pilotaje, y de poner todos mis sentidos en el camino.
En Tepic, me paré para comprar unos tornillos para sujetar bien la cajuela que traía en la parrilla, pues la vibración la aflojó. La atornillé bien y seguí mi camino, disfrutando del aire, de la adrenalina de la velocidad. Cuando pasaba un tráiler por el carril contrario, para que no me sacudiera con todo y moto, no pasaba nada si me agachaba como motociclista de pista, pegando mi cuerpo a la moto (era mi primer viaje) y así continúe me viaje hasta llegar a una fila de autos interminable. Ah! Olvidé comentar que iba por la libre. Después les cuento por qué era la fila.
Hasta pronto!
(foto tomada prestada de internet, sin ánimos de lucro, solo para ilustrar el tipo de moto que era la RXZ 135, esta es una modelo 94, la mía era 91, de un color como Café rojizo)
03 de Octubre de 2017, 12:25 am, terminemos esto...
Cuando llegué a esta fila de autos, te haz de imaginar la fotografía, una enorme fila de autos y camiones en la libre y ningún vehículo de ninguna clase por el contraflujo. Entonces me animé a ir por el carril contrario, avanzando hasta llegar a la causa, y gracias a que no venia ningún vehículo en sentido contrario avancé unos 4 kilómetros de cola.
El problema lamentable, era que habían chocado dos tráiler de frente, en uno de ellos todavía estaba el chofer prensado al volante, en un tráiler chato. Ningún vehículo podía rebasar el accidente, ya que los dos tráileres quedaron sobre la cinta asfáltica, y a ambos lados de la carretera había un desnivel de mas de metro y medio, no había manera de salirse de la cinta y avanzar!
Busque la manera de cruzar el accidente, y por poco y no lo logro, Tuve que mover el manubrio de cierta forma para no perder el equilibrio (porque la falta de espacio haría que perdiera el control y caer al desnivel). crucé el accidente y del otro lado había una fila igual, pero afortunadamente yo pude pasar.
ME paré en Escuinapa a tomarme un rico coco helado, y seguí mi camino hasta Mazatlán.
Fue una entrada triunfal! Llegué por el entronque al Venadillo hasta la carretera a Culiacán, me metí por la Emilio Barragán hasta el Valentinos, y me fui directamente a Olas Altas. Pasando por todo el malecón de Playa Norte.
La moto estaba como henchida! alborotada! en un momento dado sentí que traía como un 30% mas de potencia, y me acordé que los motores funcionan mejor a nivel de mar, porque hay mas oxigeno.
después pasear todo el día, me fui a casa de mi hermano, lo saludé y me quedé la noche ahí. Otro día me despedí igual muy temprano, a las 7 de la mañana de allá, estaba saliendo de regreso.
Me sentía completamente libre, fue mi primer viaje en moto, en una moto de verdad muy guerrera. Sin problemas le podía exigir toda la potencia por periodos de tiempo algo largos, y la moto respondía.
El otro detalle curioso del regreso, es que venia por alguna recta grande de la libre, y por un momento la moto se coleó un poco. Me asusté porque sentí que me resbalaba en algo. En efecto, había una línea de aceite en la carretera que seguía varios metros mas adelante, y después de orillaba al lado contrario. A lo lejos un Ford LTD con el cofre abierto, y con la línea de aceite que acabó metros antes. Creo un evento muy desafortunado el que se caiga el tornillo del cárter. Este detalle me hizo reafirmar, que el motociclista debe ir mirando siempre al piso, para estar atento a cualquier cosa que pueda quitarle el equilibro, el balance.
Regrese a Guadalajara. Comí algo rico, me tome algunas cervezas como festejo, hice la cuenta de los gastos, me di una palmadita en el hombro, y al siguiente día me presenté a trabajar, como si nada hubiera pasado, pero con una sonrisa mas grande!
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